Eyaculación Precoz
Eyaculación Precoz ¿Qué hago? ¿Cómo puedo solucionarlo?, algunos consejos
Se entiende por eyaculación precoz
- Orgasmo o eyaculación antes de que la persona lo desee.
- La alteración provoca malestar acusado o dificultad en las relaciones interpersonales.
- No es debida a los efectos directos de una sustancia.
Los tres criterios anteriores son necesarios para el diagnóstico de la Eyaculación Precoz.
Sin embargo, esta definición se torna más compleja cuando se inserta en el marco de la relación de pareja, que es donde se produce el fenómeno, teniendo que tomarse en consideración cuándo la mujer se siente satisfecha por la relación coital.
Los términos eyaculación precoz, prematura o rápida se utilizan indistintamente. Se presenta con mayor frecuencia en las primeras relaciones sexuales, al contrario que la impotencia, que es más habitual a edades avanzadas.
Se considera actualmente que más de uno de cada tres hombres se enfrenta a este problema. Los estudios realizados al respecto hablan de un 36-38 % de los varones. Este porcentaje se refiere a los que sufren el trastorno habitualmente o lo han padecido ocasionalmente.
Las causas psicológicas son las más importantes, entre las cuales están las siguientes:
Traumas psicosexuales.
Actividades masturbatorias con angustia y sentimiento de culpabilidad.
Ortodoxia religiosa, que puede provocar reparos ante el disfrute del sexo.
Deformación o carencia de información afectivo-sexual.
Consejos inadecuados de otras personas.
Las causas físicas no son muy comunes, pero pueden aparecer como consecuencia de enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple o en problemas urológicos (infecciones de la próstata, uretra posterior, etc.).
En cuanto a las primeras terapias, son conocidos en la sociedad trucos como: pensar en otra cosa, masturbarse antes de la relación sexual, hacerlo dos veces seguidas, controlar la respiración
Todos estos trucos que se recomendaban pueden funcionar, pero no son definitivos.
Pensar en otra cosa permite disminuir la excitación sexual y retardar la eyaculación. Pero sin excitación puede que no haya erección y que la relación sexual se vea interrumpida igualmente. Tener una relación sexual después de una primera eyaculación es una solución efectiva, siempre que se pueda conseguir una segunda erección, desde luego.
No hay que olvidar que un hombre necesita un período de recuperación después del orgasmo, lo que puede convertir la relación sexual para algunos en algo parecido a una penitencia.
Una parte fundamental del tratamiento es la información adecuada a la pareja, pues es bastante común que algunos problemas se originen por tener ideas equivocadas o distorsionadas acerca de la conducta sexual, tales como considerar que la consecución del orgasmo extracoital en la mujer no es una conducta normal o que la única relación perfecta es a través del orgasmo simultáneo. Las películas eróticas y pornográficas tienen mucho que ver en estos errores de concebir la sexualidad como un circo de prodigios, que hacen realidad las fantasías de los realizadores de cine.
Los objetivos del tratamiento son dos:
eliminar la ansiedad y realizar un aprendizaje nuevo
Respecto a la ansiedad, la mejor forma de reducirla es la autoprohibición de la necesidad incesante de alcanzar el orgasmo, pues incrementa la ansiedad e impide la consecución de un clímax sexual adecuado que finalice en orgasmo.
No pasa nada por no conseguirlo, lo mismo que no siempre se disfruta comiendo lo que a uno le gusta. Ya habrá ocasiones posteriores.
Si tenemos en cuenta el porcentaje de hombres que sufren este problema, obtenemos el número de mujeres que lo comparten. Muchas parejas aceptan vivir con ello. Existen muchas maneras de obtener placer al margen de la penetración. Además, ni hombres ni mujeres eligen a sus parejas exclusivamente por sus dotes sexuales, así que, lo mismo que en todo, podemos elegir un estilo de vida basado en la inculpación constante del otro, o por el contrario en la solidaridad, la empatía y la búsqueda de soluciones, ya sean de tipo profesional o de pareja.
Los que elijan vivir una sexualidad plena y deseen asesorarse, encontrarán en los profesionales de la salud, psicólogos y especialmente sexólogos, una ayuda que aliviará sus angustias e inseguridades.
Los tabúes sexuales en Occidente han mantenido en silencio durante bastante tiempo este problema, por el que con tanta frecuencia se acude al especialista o al psicólogo general. Otros, en cambio, no le dan la importancia que se merece.